Felipe VI saluda a Barack Obama, en el encuentro mantenido este domingo.
La visita de cualquier presidente norteamericano al Estado español está siempre aderezada de un halo de sentimiento de inferioridad, manifestado por los halagos de todas las personas que se ven premiadas de algún modo a compartir unos minutos con el presidente de los Estados Unidos.
Este domingo Barack Obama ha sido recibido por el rey, y jefe de los tres ejércitos, Felipe VI en el palacio real, por el presidente en funciones, Mariano Rajoy en el Palacio de la Moncloa, y finalmente ha mantenido una escueta reunión en la base militar de Rota, con los tres líderes de los partidos en la oposición, también en funciones, Albert Rivera, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Lejos del protocolo y las buenas palabras habituales en estos casos, que en esta ocasión han venido de todas las partes implicadas, a través de las redes sociales, la visita del presidente estadounidense viene marcada por varios asuntos de política internacional y de estrategia militar conjunta, a través de la OTAN, que pueden marcar el desarrollo de la historia de los próximos años.
Una visita militarizada
Barack Obama ha visitado la base militar de Rota, donde ha arengado a las tropas destinadas allí, casi 3.000 soldados norteamericanos, además de 400 civiles. Una cifra similar a la que se mantiene en la base de Morón de la Frontera, con 2.000 soldados y 500 civiles. Esta segunda base es, desde 2015, la sede central del AfriCom, el comando de EEUU para la intervención en África, después de haber sido rechazada por la mayoría de los países africanos. Es decir, de cara a una posible intervención norteamericana en África, sus tropas partirían desde el Estado español.
Por otro lado, la visita coincide con la reunión de la OTAN en Varsovia, donde entre otros asuntos, como puede estar la guerra contra el terror de Daesh en Oriente Próximo y norte de África, se han detallado otros supuestos peligros, y los discursos de algunos de los países del este de Europa apuntaban hacia Rusia como una amenaza.
“No buscamos la confrontación con Rusia. No queremos una nueva Guerra Fría y aspiramos a una relación más cooperativa con Moscú”, afirmaba el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a la vez que anunciaba un despliegue de cuatro batallones en Polonia, Letonia, Lituania y Estonia. Los ejércitos de EEUU, Canadá, Alemania y Reino Unido, a falta de la confirmación canadiense, se harían cargo de este despliegue en los países del báltico.
Sin embargo, el Estado español tendría parte activa en este despliegue, como líder, durante este año 2016, de la Fuerza Conjunta de Alta Disponibilidad, una especie de punta de lanza de la OTAN, que cuenta con una brigada multinacional de 5.000 militares creada para mostrar a Rusia la determinación de defender a los aliados del Este ante la guerra de Ucrania. Una punta de lanza que ya realizó maniobras en Polonia la pasada primavera, dirigidas por el ejército español.
Todos los miembros de la OTAN rechazan el término “guerra fría”, para definir la actual situación entre el bloque del Tratado Atlántico norte y Rusia, algo que no parece verse así desde el este de Europa, desde dónde varios representantes de países en la zona hablaron ayer en Varsovia, con descaro de las situaciones de tensión en el Cáucaso o la guerra abierta de Ucrania, apuntando a Moscú como culpable del clima prebélico y bélico.
Unas acusaciones que desde Moscú eran desmentidas. Así, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, aseguraba que las tentativas de “demonizar” a Rusia, “cobran formas hipertrofiadas” y tienen como objetivo “justificar los pasos dados en el área de la construcción militar y desviar la atención del papel destructivo de la OTAN y algunos de sus aliados en provocar las crisis y mantener los focos de tensión en diferentes regiones del mundo”.
Protestas en Sevilla, Rota y Madrid
La visita de Barack Obama ha espoleado también la protesta en las calles de Madrid y Sevilla. En Madrid, desde primera hora de la mañana, seis escaladores de la organización Greenpeace descolgaban un gran pancarta en la que se podía leer “Yes we can stop TTIP”, en referencia al controvertido y secreto tratado económico entre la Unión Europea y los EEUU, que cuenta con una gran oposición en Europa, y sobre el que se volverán a tomar las negociaciones este lunes, 11 de julio, en Bruselas.
El presidente norteamericano también ha provocado una concentración frente a la embajada de EEUU en Madrid, donde aproximadamente 200 personas se manifestaban durante más de una hora, esgrimiendo eslóganes contra la política bélica estadounidense y los tratados CETA, TTIP y TISA.
En Sevilla, y pese a ser cancelada la visita de Obama, la manifestación convocada por las Marchas de la Dignidad, convocaba a más de 2.000 personas, que recorrían el centro de Sevilla, advirtiendo que desconvocar la manifestación no ha estado en sus planes, pues pese a que la visita no se haya realizado, las “las bases militares siguen estando ahí, así como el TTIP”.
En Rota varias decenas de personas se concentraron a las puertas de su base naval, señalando que Barack Obama es “persona non grata en ese territorio”.