Los paradores son un conjunto de hoteles de lujo situados en España. Estos Paradores Nacionales de turismo fueron creados en 1928 bajo el reino de Alfonso XIII para desarrollar el turismo nacional. Con su creación, se busca disfrutar de muchos monumentos históricos y artísticos que posee España. El Parador de Gredos, en la provincia de Ávila fue el primero en abrir sus puertas. Luego llegaron los paradores de Oropesa, de Úbeda, de Ciudad Rodrigo, y de Mérida.
El turismo en Paradores
La red de Paradores es muy extensa, desde los Pirineos hasta las Islas Canarias (para leer informes detallados recomendamos ir a Paradoresen.com). Buena parte de ellos están situados en edificios históricoartísticos como castillos, monasterios, rehabilitados para uso hotelero. Estos establecimientos suelen estar enclavados en zonas aparte y lejos de los circuitos turísticos habituales. Por eso no se encuentran paradores en las grandes ciudades de España. Sin embargo, los podemos encontrar en las Islas Canarias.
La gastronomía de los Paradores
La gastronomía es un valor importante en los Paradores. Los cocineros elaboran recetas tradicionales puestas al día. No es un azar si normalmente el restaurante del Parador es el mejor establecimiento del entorno, ya que el talento de los cocineros suele ir recompensado.
El Parador de Jaén
En una espléndida fortaleza árabe del siglo XIII, el hotel se sitúa en el centro de Santa Catalina y servía de bastión defensivo de la ciudad de Jaén, situada a 5 kilómetros. Este edificio permite que se descubra todo el esplendor del Renacimiento andaluz a través de sus murallas que albergan una piscina para refrescarse en los días de calor. El aspecto monumental se ha mantenido en su interior, y destacan los impresionantes arcos cruzados de 20 metros de altura en la sala principal, el restaurante de influencia árabe, así como las habitaciones cómodas y acogedoras, con magníficas vistas panorámicas sobre la región.
El Parador de León
El Parador de León se encuentra en el Monasterio de San Marcos, cuya construcción comenzó en el siglo XVI sobre el emplazamiento de otro monasterio que fue construido en el siglo XII. Es edificio es un auténtico hotelmuseo con obras realistas talladas en piedra y madera por la mano de varios artistas. El claustro y la sala capitular dan testimonio de un pasado que ha sabido combinarse con el presente gracias a habitaciones cómodas que ofrecen una magnífica vista sobre la plaza.
Se pueden apreciar los suntuosos salones del hotel, las habitaciones espaciosas, su biblioteca y su restaurante que ofrece platos de gastronomía tradicional muy refinada.